
Google Pixel 10, análisis: la prueba de que no se necesita el chip más potente para tener la mejor experiencia en Android
Ya ha pasado un año desde que tuve en mis manos el modelo base de los Pixel 9, un móvil Android que me pareció excelente en una cosa: hacer sentir al usuario el Android ‘Made by Google’. Y hacerlo de manera sobresaliente, pese a unas ausencias notables como el telefoto en un dispositivo para nada barato. Si el año pasado hablaba de la mejor experiencia Android, en esta ocasión se repite la historia. Spoiler: pero mejorada.
Google pule una fórmula que empezó con el Pixel 6 y su chip de cosecha propia. Todavía palidece frente a sus rivales directos en potencia bruta, pero eso no le desmerece lo más mínimo, porque vuelve a ser el terminal de referencia (con permiso de Samsung) para el que busca un Android fluido, más bonito que nunca, y con actualizaciones a la última para muchos años. Seguiré recomendando los móviles de Google: este Pixel 10 me ha vuelto a demostrar cuáles son sus enormes fortalezas.
Índice de Contenidos (11)
Diseño: pocos cambios… y yo que me alegro
Google mantiene el nivel en sonido y pantalla
Rendimiento: el paso a TSMC no trae mucha más potencia
Batería: a la espera de un Pixel con silicio-carbono
Software: Android nunca se vio tan bonito
Cámaras: el Pixel 10 recibe la cámara que se merece
Aprende fotografía con «Camera Coach»
Ficha técnica del Pixel 10
Pixel 10
pantalla
Panel OLED de 6,3 pulgadas
Resolución de 2.424 x 1.080 píxeles
Refresco de 60-120 Hz
Corning Gorilla Glass Victus 2
3.000 nits de pico de brillo
dimensiones y peso
152,8 x 72,0 x 8,6 mm
204 gramos
procesador
Google Tensor G5
ram
12 GB
almacenamiento
128 GB / 256 GB
cámara frontal
10,5 MP, f/2.2
cámara trasera
Principal: 48 MP, f/1.7, OIS
Gran angular:13 MP, f/2.2
Telefoto: 10,8 MP, f/3.1, zoom 5x, OIS
batería
4.970 mAh
Carga rápida de 30 W (cargador no incluido)
Carga inalámbrica de 15 W
sistema operativo
Android 16
conectividad
5G
WiFi 6E
Bluetooth 6.0
NFC
otros
Lector de huellas
Desbloqueo facial
Certificación IP68
Gorilla Glass Victus 2
precio
Diseño: pocos cambios… y yo que me alegro
El diseño que me enamoró no se ha ido. De hecho, ha cambiado lo mínimo: los Pixel 9 (sí, toda la familia) evolucionaron dejando atrás esa trasera con extremos suaves para sumarse al resto de la industria de la gama alta. ¿Qué implicaba e implica esto? Una trasera plana, fabricada en cristal, así como unos cantos rectos embellecidos por aluminio.
Por supuesto, la seña de identidad de los Pixel es su módulo de cámaras, otro que dejó su forma de barra ocupando el ancho a ser una píldora alargada, que en mi opinión, es ahora más bonita. Y es lo que destaca nada más se saca de su empaquetado, con la “sorpresa” de que hay una cámara más en el modelo base de esta generación.
Sigue pareciéndose al iPhone si obviamos las citada zona de las cámaras traseras, y a mí me encanta siempre que esté tan bien ejecutado: se siente premium en mano sin que pese demasiado, aunque a a la vez es algo resbaladizo. Cuidado, porque sin funda, casi sale despedido de mis manos al sujetarlo rápidamente. Y son 204 gramos, algo menos que su predecesor, con exactamente las mismas dimensiones.
En los laterales, Google vuelve a poner un aluminio de acabado mate, que le sienta genial. Puede gustarte más o menos, e incluso preferirlo glossy (como en los ‘Pro’), yo me quedo con este que enseña menos las huellas y la suciedad. Gorilla Glass Victus 2 protege tanto la cara frontal como la trasera, una elección que debería otorgarle resistencia a caídas. En mi caso, no se ha arañado durante el uso intensivo (y sin funda) que le he dado.
La botonera, de igual manera idéntica, es un aspecto que me gusta mucho de los últimos Pixel por una sencilla razón: la anchura de los botones. Unos botones que, por cierto, continúan invertidos respecto a la inmensa mayoría de fabricantes. Botón de encendido en la parte superior, un detalle menor al que cuesta acostumbrarse (a pesar de que uso mucho mi Pixel 6a y 8 Pro). Eso sí, los prefiero a los del Galaxy S25 por su firmeza y click, que otorgan un mejor feeling.
¿Qué más puedo decir del diseño del Pixel 10? Que sus colores lo hacen muy resultón. La unidad que he recibido, la «verde lima», es agradable a la vista. Por cierto, una parte trasera de vidrio con una muy buena noticia: las huellas no se marcan con facilidad. Sí se hacen más notorias en el frontal cuando la pantalla está apagada, sin que sea alarmante como en otros móviles (generalmente más baratos).
Le doy la vuelta de nuevo para hablar del espacio para las cámaras, aunque haya poco que decir. Tenemos unas cámaras organizadas horizontalmente, y la pieza metálica que las reúne se mantiene también intacta respecto a la anterior generación. Google no se ha querido arriesgar a tocar algo que ya funciona. Sí debo decir que este módulo de cámaras sobresale bastante, eso sí, no hace “bailar” al teléfono cuando está apoyado en una superficie lisa como una mesa.
De nuevo me repito (como a lo largo del análisis): nada o casi nada ha cambiado en el frontal. Impera la pantalla de 6,3 pulgadas de la que hablaré en detalle más adelante, y que presenta unos biseles todavía peor aprovechados que la competencia directa. La sensación “todo pantalla” está lograda, pero como digo, a Google le podemos pedir un pasito más, sobre todo, dada la horquilla de precio en la que se mueve.
Un panel, que adelanto, se ve y se siente sobresaliente. Solo se ve interrumpido por el recorte circular, ya un viejo conocido de Android, donde se aloja la cuarta cámara del Pixel 10. Como venía comentando, es rodeada por unos biseles que si bien son más notables, sí guardan la muy necesaria simetría para una mejor inmersión.
Personalmente, me hubiese quedado con el tamaño de pantalla que Google abandonó a partir del Pixel 5: unas 6 pulgadas, porque aunque lleva varias generaciones con las 6,3 como referencia, se me antoja un pelín grande. Cuestión de gustas y preferencias personales, que comparándolo con el Galaxy S25 se notan esos milímetros extra. Ahora sí, entremos en detalles sobre el panel SuperActua del que Google presume, y que adelanto me parece uno de los mejores de la gama alta de Android.
Google mantiene el nivel en sonido y pantalla
El Pixel 10 mantiene inalterados muchos apartados respecto al Pixel 9. Además del calco en diseño, su pantalla no cambia demasiado. Y eso es bueno y, a la vez, malo. Tenemos una pantalla OLED de 6,3 pulgadas, con ese rimbombante nombre que Google le pone. Resolución FullHD+, brillo máximo de 3.000 nits y una tasa de refresco de 120 hercios: puede parecer adecuado para este presupuesto pero le falta una característica clave.
El año pasado lo puse como pega y en este, por desgracia, se mantiene: no es un panel LTPO. Es decir, la frecuencia de refresco no varía dinámicamente de 1 a 120, sino que funciona con dos modos (60 y 120 Hz). No es una ausencia grave en la práctica, sí le pido un poquito más a Google, que no estamos ante un terminal barato precisamente. De hecho, sus rivales directos, como el Galaxy S25 o el Xiaomi 15, ya incluyen esta tecnología que ayuda a ahorrar batería. Vuelve a ser, por tanto, un elemento con el que la firma de Mountain View segmenta sus teléfonos.
Fuera de esto, es imposible tener una queja sobre la pantalla del Pixel 10. Alta nitidez, brillo excelente ante cualquier situación, unos colores saturados (ajustables por software) muy agradables… Es una delicia ver un vídeo HDR de alta resolución en esta pantalla, Android con su rediseño Material 3 Expressive también le sienta ni que pintado.
Sin problemas con los ángulos de visión como era de esperar: ni se oscurecen los extremos ni se tiñen, no era para menos siendo un gama alta. El brillo mínimo me resulta molesto en la oscuridad, y durante el día apenas lo subo un tercio de la barra de brillo. En relación a la tasa de refresco, cero quejas: se mantiene en 120 hercios la mayor parte del tiempo. Y eso que no es el Android más potente (ni de lejos), pero la optimización de Google hace mucho. Me llama la atención que haya que activarla pues, por defecto, está fijada en 60 hercios y no se aprovecha al máximo este panel.
En las opciones de pantalla, lo habitual. No encontraremos ajustes avanzados como algunas capas hacen: Google se ciñe a lo mínimo. Y eso es la elección de colores entre «Naturales» y «Adaptativos», me quedo con la segunda. Por otro lado, sí hay una novedad, que permite de manera inteligente cambiar la tonalidad de la pantalla: no he notado demasiada diferencia, más allá de que se hace más cálida en ciertos entornos.
La experiencia multimedia viene también determinada por el sonido, y en esas, el Pixel 10 porta dos altavoces que permiten el estéreo. Además de gran nivel: graves contundentes y medios muy claros. En definitiva, apenas he usado mis auriculares inalámbricos un par de veces (en la calle), porque para estar en casa son sencillamente geniales. EL volumen máximo llega a unos 90 dB, perfecto para no perderse ninguna notificación.
Sí echo en falta un ecualizador para dejarlo a mi gusto, aunque Google permite modificar su comportamiento con una dosis de «Audio espacial»: una opción que funciona tanto en auriculares con cable (a través de USB-C) como con los altavoces del smartphone. ¿Se nota? Mucho más con auriculares, claro está.
He emparejado el Pixel 10 tanto con los Pixel Buds Pro como con unos Jabra Elite 10, sin ningún problema: soporta los códecs AAC y SBC, con Audio HD y por supuesto Audio Espacial. Aquí, como de costumbre, importa más el accesorio que el propio móvil en sí. Pero no está de más comentar que cero quejas en este apartado, más allá de que no están presentes códecs alternativos como los de Qualcomm.
Biometría
Debajo de la clara pantalla del Pixel 10 se esconde, una vez más, un sensor de huellas de tipo ultrasónico. Como es habitual en los Pixel y en la mayoría de Android del segmento alto, este funciona muy rápido, sin fallos e incluso diría que algo mejor que en el Galaxy S25 que venía usando hasta ahora.
No importa que tenga los dedos un poco húmedos, el proceso es rápido y fiable: en apenas unos milisegundos se desbloquea el teléfono con una bonita animación. Cobra especial importancia en la actualidad, que Android pide la identificación biométrica para comprar en Play Store o para cambiar ciertos ajustes sensibles del sistema.
Como alternativa, Google pone su desbloqueo facial, uno que activé para momentos en los que tengo el móvil sobre una superficie. Porque por el resto, mejor optar por la huella dactilar: proporciona una mayor seguridad. La falta de sensores dedicados como un sensor 3D para registrar el rostro, hace que la inmensa mayoría de Android no se pueda igualar al iPhone en este apartado. Sí está muy bien para un desbloqueo rápido sin necesidad de poner el dedo en la pantalla, pero como digo, para un uso esporádico.
Rendimiento: el paso a TSMC no trae mucha más potencia
Como puedes imaginar, estoy encantado con el hardware de este modelo base de los Pixel 10. Comparte la mayoría de especificaciones con sus hermanos mayores, como es el nuevo Tensor G5 que Google estrena en esta familia. Y como en años anteriores, es su mayor pega: el renovado chip, fabricado ahora por TSMC en lugar de Samsung, no ha recibido ese push de potencia que se esperaba.
Vale que la NPU ha mejorado sobremanera y no tiene problemas con ninguna tarea de IA, pero pagar 900 euros por un chip que se queda a caballo entre la gama media y alta importará a muchos usuarios. De nuevo, el Tensor G5 se queda muy por detrás de la competencia: ni huele al Snapdragon 8 Elite, y es que en potencia bruta se queda al nivel del Snapdragon 8 Gen 2 que vimos en móviles como los Xiaomi 13 o Galaxy S23.
Tanto en potencia máxima, como en las capacidades de su GPU, estamos ante un móvil de 2023. ¿Es esto alarmante para el día a día? En absoluto, el software del Pixel se comporta manera impoluta, sin lags ni tirones. Sí es de mencionar el throttling y sobre todo el excesivo calor que genera en su parte trasera, incluso en tareas poco exigentes como sacar unas cuantas fotos.
La potencia no lo es todo para Google, eso está más que claro. Por ello, no hay nadie como la firma americana con la capacidad para adaptar esta mezcla de hardware y software para que, en la práctica, no haya echado en falta más potencia. Vamos, que la experiencia, como ya comentaba con el Pixel 9, es la más disfrutona de Android, aun sin tener tanto músculo en el hardware. Esta falta no se nota en tareas rutinarias como navegar por Internet, mensajear vía WhatsApp, ver vídeos en streaming y mucho más. La fluidez prima sobre lo demás.
El citado Tensor G5 se alinea con 12 GB de RAM, más que suficientes para funciones de IA como las que otorga Gemini Nano. Ningún cambio respecto a la generación pasada, no ha pasado tanto tiempo y casi nada justifica llegar a los 16 GB de los Pixel 10 Pro, aunque tampoco sobrarán para los más exigentes.
En el interior del chip aparece una GPU PowerVR DXT-48-1536 no muy distinta de la del Tensor G4. Otra similitud más del Pixel 10 que, sin embargo, para nada otorga una mala experiencia con títulos exigentes en lo gráfico. ‘Fortnite’ es el que más difícil se lo pone y en cual se notan los límites gráficos del terminal: jugar a 60 FPS con la resolución máxima de texturas es imposible. Aquí, el nuevo chip de Google vuelve a quedarse atrás, veremos qué ocurre en siguientes generaciones.
Y ojo que se calienta sobremanera, en unos minutos la pantalla puede molestar al tacto. Desconozco si será por problemas con este software previo al lanzamiento o si al Tensor G5 le cuesta mantener el tipo cuando se le exige. También sucede con algunas acciones de IA, como la generación de fondos de pantalla, o el uso prolongado de la cámara.
En definitiva, no lo compraría si tras algunas actualizaciones no cambia y mi principal motivo es el gaming. Que tampoco ha sido nunca un nicho para Google, todo sea dicho. Ahora veamos cómo se compara en potencia bruta a sus competidores directos con las pruebas sintéticas a las que lo he sometido: la diferencia es significativa como podemos ver a continuación.
Los números de los benchmarks confirman la sensación agridulce que deja el Tensor G5: sigue sin ser suficiente para competir en la misma liga que los pesos pesados de Qualcomm y Apple. Vamos a desgranarlo.
Si comparamos el Pixel 10 con su predecesor, el salto de rendimiento es el mayor que ha dado Google hasta la fecha. El nuevo chip Tensor G5 ofrece una mejora significativa en la potencia de la CPU. En el apartado gráfico, clave para los videojuegos, es más potente, en torno a un 33%.
Sin embargo, esta enorme mejora interna se topa con la cruda realidad del mercado. Al enfrentarlo a sus rivales directos de 2025, el Tensor G5 sigue estando un claro paso por detrás en potencia bruta, con chips como el Snapdragon 8 Elite casi duplicando su rendimiento. Esto confirma que el Pixel 10 no es un móvil para quien busca los números más altos, sino para quien valora la experiencia de software y la optimización ‘Made by Google’ por encima de todo.
Google Pixel 10
Google Pixel 9
Samsung Galaxy S25
xiaomi 15
OPPO FInd x8 pro
iphone 16 plus
PROCESADOR
Google Tensor G5
Google Tensor G4
Snapdragon 8 Elite
Qualcomm Snapdragon 8 Elite
MediaTek Dimensity 9400
Apple A18
ram
12 GB
12 GB
12 GB
12 GB
16 GB
8 GB
GEEKBENCH 6 (SINGLE/MULTI)
1.879 / 4.718
1.561 / 3.438
2.791 / 9.306
3.075 / 9.207
2.685 / 8.398
3.234/7.897
3D MARK Wild Life Unlimited
12.337
9.281
24.486
23.403
–
15.448
3D MARK Wild Life Stress Unlimited
12.153 / 9.363
8.841 / 5.639
25.047 / 13.336
23.291 / 16.392
23.330 / 18.964
15.930/11.187
PCMARK WORK
14.786
13.332
19.960
20.826
16.738
–
Batería: a la espera de un Pixel con silicio-carbono
Los Google Pixel no siempre han gozado de buena autonomía: el salto a los Tensor propios de Google les hizo sufrir un poquito por la falta de eficiencia. Pero es cierto que en estas últimas generaciones, sin sobresalir, tampoco han desentonado en la gama alta. Que una jornada la supera, eso era evidente, pero… ¿Cuánto dura sin pasar por el enchufe el Pixel 10?
Aquí cambia mucho el tipo de uso: los primeros días, probándolo, instalando muchas apps y configurándolo, aguantó como un campeón con casi seis horas de pantalla activa en apenas día y medio. En un segundo ciclo menos intensivo, me hizo casi dos días completos, eso sí, con menos de cinco horas de uso y algo de porcentaje restante. La batería de 4.970 mAh sí permite ver una evolución —aunque pequeña— en este apartado, y le sienta como anillo al dedo.
Siento que, si bien la autonomía se extiende con el móvil bloqueado en sueño profundo, el consumo durante el uso es similar al del Pixel 9, o incluso un poco superior. Como decía anteriormente, puede que esto se solucione después de una actualización de Android post lanzamiento.
¿Cuánto queda para ver un Pixel con una de las nuevas baterías de silicio-carbono? El día que lleguen, le sentarán realmente bien a la experiencia ‘Made by Google’. Aun así, no tengo ningún gran queja sobre su autonomía: cumple sin demasiados alardes.
Google lleva tiempo entregando sus móviles sin cargador, como otros tantos fabricantes, y así sigue siendo en el nuevo Pixel 10: el cargador se vende por separado y no es precisamente barato. Por suerte, acumulo unos cuantos cargadores de calidad con los que he puesto a prueba la carga rápida del teléfono, un apartado más donde los de Mountain View van con tranquilidad.
Hablamos de una batería con carga rápida máxima de 30 vatios, alejados de los 100 que las marcas chinas alcanzan y superan. ¿Qué significa esto en relación a los tiempos de carga? Pues una carga no tan rápida, que ya es mejor que la que Google puso en la generación previa. A mí, personalmente, no me resta mucho, pues trabajo desde casa y no necesito muchas cargas exprés. Pero si vienes de otro teléfono, lo notarás sobremanera.
Estos son los porcentajes alcanzados en determinados periodos de tiempo:
5 minutos de carga: ~7% de batería.
10 minutos de carga: ~14% de batería.
20 minutos de carga: ~26% de batería.
30 minutos de carga: ~36% de batería.
50 minutos de carga: ~55% de batería.
Carga Total: aproximadamente 115 minutos
Software: Android nunca se vio tan bonito
Hablar de Pixel es hablar de Google, y por tanto de un Android muy personalizado. Atrás quedaron los tiempos de los Nexus, con los que la compañía se apegaba a ese AOSP que ahora maquilla tanto. Como siempre, partir de esta premisa solo puede traer buenas noticias, y ahora con Android 16 estas son más que el año pasado.
Presume y viste este Pixel 10 el rediseño Material 3 Expressive de maravilla: le sienta genial la interfaz, y eso que todavía acusa cierta falta de pulido en algunos botones y animaciones. Pero no puedo negar que me encanta cómo Android ha cambiado en el último año. Desde las animaciones del sistema, que ahora son mucho más responsivas, hasta las propias ‘Google Apps’. Google ha acertado en lanzar su nueva familia de Pixel junto al mayor rediseño del sistema operativo de tiempos recientes.
Aun así, el Android de los Pixel es uno de los más “limpios”: la personalización de Google toca casi todos los apartados, sin desligarse totalmente del aspecto y sensaciones puras. Gemini también conjuga estéticamente con el rediseño y es uno de las fortalezas de esta ‘Pixel Experience’: está cada vez más integrado y ya trabaja con funciones y ajustes del sistema, sin mencionar su relación con las ‘Google Apps’ a través de las «Aplicaciones».
Con el Pixel 9 comentaba que las señas de identidad del software de Google eran muchos años de actualizaciones y la inteligencia artificial. Como no podía ser de otra forma, esto se repite en el nuevo: siete años de actualizaciones del sistema, hasta agosto de 2032 se mantendrá a la última y desde el primer día. Una curiosidad que me he topado con esta unidad es que la actualización de Google Play parece paralizada en la versión de junio.
Poca novedad hay respecto a las utilidades de IA: ahí está Gemini, más completo que el año pasado en su vertiente de asistente. Sin embargo, el resto sigue casi sin alterar: la novedad es la app de «Diario» que de manera inteligente ayuda a llevar un registro de nuestra vida diario. ¿Qué he hecho unas fotos de una cena? Ese día me sugerirá crear una entrada con esas imágenes.
Por otro lado, la ciertamente polémica «Screenshots» no aparece en la lista de aplicaciones. El motivo: no está disponible en España. En el Pixel 9 también ocurría similar, y parece que tras un año Google sigue conservándola para ciertos países. Imagino que temas de regulaciones y normativa sobre privacidad. También he echado en falta Pixel Studio por el mismo motivo.
Algo que me encanta de los Pixel es que apenas traen bloatware, o al menos apps que se puedan considerar como tal. Estando únicamente la suite de ‘Google Apps’ no hay por medio otras que dupliquen utilidades, y por supuesto, Google no añade juegos y apps por contrato, así que no hace falta perder tiempo desinstalándolas.
No me olvido de una novedad de IA que me ha convencido bastante: la Pixel Camera (GCam para los entusiastas) tiene ahora el llamado «Camera Coach», un asistente inteligente capaz de analizar la escena. A partir de ahí, propone diferentes objetivos para la fotografía, como puede ser un retrato, un primer plano de un objeto, una panorámica de un paisaje, o cualquier punto en el que podamos poner el foco. Funciona muy bien, mostrando en varios pasos cómo conseguir esa toma “perfecta”, me ha resultado muy útil. Hablaré sobre ella con más detenimiento en el apartado de fotografía.
Cámaras: el Pixel 10 recibe la cámara que se merece
Los Google Pixel han apostado tradicionalmente por un procesado ‘Made by Google’ muy particular, con especial énfasis en el detalle. Eso no ha cambiado en estos últimos años, en los que Google ha ido incorporando diferentes lentes a sus teléfonos más top. De hecho, en el Pixel 9 era complicado encontrarle las costuras, y aun así, palidecía en el hardware fotográfico frente a otros gama alta.
Una enorme alegría fue conocer que el nuevo Pixel 10 suple la gran falta de su predecesor. Y es que Google le ha puesto un telefoto muy majo de 10,5 megapíxeles y cinco aumentos. Así queda el reparto de sensores del terminal, en tamaño por detrás de otras bestias del segmento alto que apuestan por los de una pulgada:
Gran angular: Samsung GN8 de 50 megapíxeles, apertura f/1.8, tamaño 1/1.95″
Ultra gran angular: Sony IMX712 13 megapíxeles, apertura f/2.2, tamaño 1/1.31″, 120º
Telefoto: Samsung 3J1 de 10,8 megapíxeles, apertura f/3.1, tamaño 1/3″
Cámara frontal: Samsung 3J1 de 10,5 megapíxeles, apertura f/2.2, tamaño 1/3″
Antes de entrar en materia, no me olvido de la mítica aplicación de cámara de los Pixel, que sigue siendo uno de sus principales reclamos. La GCam (alude a las versiones modificadas) o mejor dicho, Pixel Camera, no añade este año grandes novedades. Ahí sigue el «Inclúyeme» tan útil como resolutivo, y la tradicional navegación por pestañas.
Por otro lado, no puedo dejar de pensar que el modo manual debería ser para todos: en esta generación, se extraña aún más el modo ‘Pro’. Poco comprensible que no esté en un teléfono de esta categoría.
Aprende fotografía con «Camera Coach»
La novedad aquí es el Camera Coach que mencioné anteriormente y que he usado bastante para conocer hasta dónde puede llegar. Sin ser algo que nos vaya a convertir en fotógrafos profesionales, da consejos muy acertados.
Para usarlo, es tan sencillo como tocar en el icono con forma de cámara adornado con un «+» que aparece en la Pixel Camera. Justo al hacerlo, se congelará la toma que tenemos en pantalla, y la analizará mediante IA para recomendar diversos estilos.
Me impactó en un primer momento la facilidad con la que se reconoce la escena, los objetos o sujetos en ella, y cómo utiliza esta información para guiarnos en el proceso fotográfico. Por ejemplo, si quiero tirar fotos de la cena de anoche, el «Camera Coach» me enseñará a ubicar el móvil para sacarlo más apetitoso. O si estoy frente a un paisaje, igual me recomienda usar la lentra ultra gran angular.
No es efectivo de inmediato, quiero decir, no va a hacerte sacar la mejor foto del mundo mundial, pero sí da consejos acertados sobre cómo mejorar y ofrece visiones alternativas. La guía está muy bien acometida dentro de la Pixel Camera, cambiando su interfaz a una guía paso a paso (es manual el cambio entre cada uno, sería de diez si los detectara) muy intuitiva.
Fotos y vídeos con las cámaras del Pixel 10
Ahora sí, hora de entrar a comentar los resultados de las cámaras del Pixel 10. Todas rozan un notable alto, resuelven bien la mayoría de escenarios, sobre todo, porque la «magia» de la Pixel Camera sigue estando ahí. ¿Que Google podría haber vitaminado el hardware? Sí, pero su procesado le cubre las espaldas. Aun así, es hora de dar un paso adelante: se aprecia el ‘all in’ al trabajo de software (para mal), y los límites de estos sensores.
Me gusta mucho el macro que proporciona el telefoto, a pesar de la menor resolución en comparación con el principal. Además, este telefoto es un buen compañero del modo «Retrato»: el recorte es bueno y la interpretación del color soberbia. No falta detalle, ni buen balance de blancos.
Con la cámara principal da gusto utilizar el acceso directo a los dos aumentos. Dada su resolución, el recorte es buenísimo. Ya digo, para un pequeño «zoom», no peca de nada, incluso presenta un contraste de mucho nivel.
El plato fuerte de la fotografía en este modelo base de los Pixel 10 es su lente de cinco aumentos. Por fin el más económico de los Pixel recibe el mismo trato (aunque no sea el mismo sensor que en los ‘Pro’), acorde además a su precio. Es un telefoto sencillito, de una resolución inferior que se nota, pero que poco importa.
Pero, y este es un «pero» muy importante, mi mayor problema con el telefoto no es la lente en sí, sino la falta de control que me impone el software. Al igual que ocurre en el modelo Pro, si el móvil considera que hay poca luz y seleccionas el 5x, a menudo decide no usar el teleobjetivo y, en su lugar, hace un recorte del sensor principal, que es más luminoso. La diferencia es que, en el Pixel 10 Pro, puedes desactivar esta selección automática. En el Pixel 10 base, no puedes. Estás a merced de lo que el software decida.
¿Cómo responde el ultra gran angular de 13 megapíxeles? Hay una evidente pérdida de detalle por su resolución y frente a la principal, pero cumple para tomas en las que necesitamos recoger una mayor amplitud. Sí le cuesta más trabajar las altas luces, aunque esto es más evidente con luz artificial por la noche. Como digo, muy buen resultado, siempre apoyado por el procesado de Google.
La noche le sienta bien a los Pixel, mucho ayuda el postprocesado así como el modo «Vision Nocturna» que aconsejo llevar en automático. Sin él, las fotos con luz artificial lucirán mucho más apagadas y peor balanceadas, por supuesto, con más ruido. Es uno de los argumentos de la Pixel Camera, sigue estando en esta nueva generación.
Sin embargo, por mucho modo noche que use el Pixel 10, la oscuridad enseña las costuras del ultra gran angular. Tiende más a matices más pálidos, pierde mucha nitidez y abusa en ocasiones del ISO, provocando ruido en la imagen final.
De noche, como se puede ver en la composición de abajo, el teleobjetivo se porta bastante bien. Consigue un buen nivel de detalle en elementos como el campanario o la cruz, y es capaz de resolver escenas complejas con iluminación artificial, como la del retablo cerámico, sin inventarse los colores. Es, sin duda, la pieza que le faltaba al Pixel base para jugar en la liga de los gama alta.
Para ver cómo se comporta el nuevo teleobjetivo de noche frente al recorte del sensor principal, he puesto a prueba ambos en la misma escena, enfrentando el 2x digital de la cámara principal contra el 5x óptico del telefoto.
El resultado es revelador. Aunque el 2x del sensor principal aguanta el tipo gracias al procesado de Google, el teleobjetivo 5x ofrece un buen detalle de forma más natural, como se puede apreciar en la textura de la piedra y los bordes del rosetón en las ampliaciones.
Pero donde más se nota la diferencia es en el procesado. Cada lente parece interpretar el color de una forma distinta, con un balance de blancos notablemente diferente entre ambas tomas. La imagen del teleobjetivo es más neutra y fiel a la realidad, mientras que la del sensor principal tiende a ser ligeramente más cálida y anaranjada. Esto demuestra dos cosas: la primera, que el teleobjetivo es perfectamente usable y recomendable de noche para conseguir el mejor detalle a distancia. La segunda, que Google todavía tiene trabajo por delante para unificar el procesado entre sus distintas lentes y ofrecer un resultado más consistente al saltar de una a otra.
Poco avance veo respecto al año pasado en grabación de vídeo, sin importar que elija hacerlo en 1080p o en 4K. El estabilizador hace su papel, a veces incidiendo demasiado en el EIS, lo que genera artefactos, más evidentes por la noche. No está mal en el resto de apartados, eso sí, considera que el cambio de lente se nota sobremanera.
Google Pixel 10, la opinión y nota de Xataka
Google ha pulido la fórmula del Pixel 9 hasta crear un móvil casi redondo. El Pixel 10 no es una revolución, sino la constatación de que la experiencia ‘Made by Google’ sigue siendo el principal atractivo de este Android. La llegada del teleobjetivo al modelo base suple la carencia más importante de la generación anterior, convirtiéndolo por fin en un gama alta completo y sin fisuras evidentes en su propuesta fotográfica, aunque siga reservando algunas tecnologías como la pantalla LTPO para sus hermanos mayores (una lástima).
Mi experiencia con el Pixel 10 ha sido similar a la del año pasado: es una delicia usar un Android tan fluido, con un software tan cuidado y una cámara que, ahora sí, es muy versátil. Sin embargo, esa excelencia en el día a día esconde la misma gran pega de siempre: un procesador Tensor G5 que, pese al cambio a TSMC, sigue muy por detrás de sus rivales y sufre de un calentamiento a veces excesivo.
Google sigue fiándolo todo a la optimización, y aunque el resultado es magistral, el peaje en potencia bruta y temperatura es difícil de justificar para todo aquel que no tenga especial interés en degustar el sabor Android de la propia Google.
8,6
9
9
8,25
8,5
9
8
A favor
Repite un excelente apartado multimedia
Las cámaras siguen a un nivel alto y este año tiene telefoto
El software ‘Made by Google’ tan fluido como siempre con novedades visuales
En contra
Tensor G5 y su GPU siguen muy por detrás
Falta de control en la Pixel Camera respecto a los ‘Pro’
Ausencia de panel LTPO
Poca evolución y baja disponibilidad de las novedades de IA
Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Google. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Google Pixel 10, análisis: la prueba de que no se necesita el chip más potente para tener la mejor experiencia en Android
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Pepu Ricca
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